Despacito y en silencio

    05 ene 2020 / 11:10 H.
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    Despacito, no vaya a ser que tropecemos. Esa parece ser la marcha que nos imponemos a diario. En Jaén todo se desarrolla lento, entre susurros, cuando no inmóviles y en silencio. Poco ha cambiado el panorama en la última década, seguimos con la misma marcha. Se puede asegurar que los jiennenses forman parte de un ejército cuya cadencia de paso es lenta, miles de soldados avanzando poco y entre bisbiseos. Eso sí, a la hora del refrigerio, en los bares, se oyen gritos poniendo en solfa casi todo, sobran motivos para ello, pero sin aportar nada, y lo peor, sin compromiso colectivo. Que quitan trenes, nada ocurre; que las autovías que nos atraviesan tienen menos conservación y peor piso que en las provincias colindantes, nada pasa; que el aceite siguen en caída libre, pocas soluciones y menos envasado que en años anteriores. Y así, despacito, pasan los días, meses y años. Y sí, son los gobiernos quienes debieran de actuar, pero no pensemos que sin una marcha más de un pueblo comprometido y reivindicativo, alcanzaremos los objetivos. El futuro lo hacemos nosotros o no es.

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