Desequilibrios

    15 feb 2023 / 09:03 H.
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    Miles de personas han muerto, o sufren las consecuencias, de una de las más terribles catástrofes naturales de nuestro siglo. Un desastre humanitario para el que hay que —además de estar preparado mentalmente— proveer de comida, ropa de abrigo y ayuda logística a los afectados. En las mismas fechas, Zelenski solicita a la UE que se les envíen armas, aviones y carros de combate para defenderse de la agresión rusa. Solidaridad para proteger a unos. Solidaridad para matar a otros. Y una guerra interna impide ayudas solidarias a los sirios afectados por el mismo terremoto que los turcos. La humanidad que depende de qué o con quién, no parece que lo sea. Mientras tanto, aquí se aprueba una polémica ley de bienestar animal. Que los animales, sean domésticos o para carne, no sufran mientras viven o cuando se les lleva al matadero, es lo más sensato que podemos pedir en el llamado primer mundo. Aquí podemos, y debemos permitirnos que se protejan las especies, de verdad. Pero, no a costa de la desprotección de las personas que habitan la España vaciada y que, con frecuencia, soportan la visita de animales protegidos —con los que antes convivían en armonía— para disputarles el alimento que no encuentran en su entorno natural ¿Cómo asumir semejantes desequilibrios?

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