Desde la barrera

30 jun 2020 / 12:39 H.
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Desde el 1 de marzo solo he salido dos veces de mi casa para asistir a visitas médicas. Soy de los que menos han utilizado la desescalada y aún así casi no echo de nada en falta. Tengo relación telefónica con numerosos amigos que me dan su información, que sumo a la de Diario JAÉN y los telediarios. De lo único que tengo la impresión de que no sé demasiado es de la auténtica actualidad del Real Jaén, pues ni siquiera la conversación telefónica que mantuve con Andrés Rodríguez hace tres días me aclaró nada. Y si echas mano a las redes para saber algo nuevo, arreglado vas. Ahí solo tengo fe en un joven periodista, que llevado por el enorme caudal de su vocación, hace su trabajo con sentido común y cierto conocimiento de lo que es el fútbol. Me refiero a Samuel Armijo, un linarense de 37 años, de los que casi 20 los lleva viviendo en nuestra capital. Yo le conocí personalmente hace un par de años, cuando se empeñó en hacerme una entrevista en la sección “Desde la barrera”. Empatizamos porque a mí me gusta valorar a los jóvenes que lo merecen por su esfuerzo, buen hacer y honestidad profesional y creamos una buena relación de amistad. Samuel Armijo colabora para Onda Cero y Canal Lagarto, pero sin tener un trabajo fijo dentro del periodismo que es su máxima ilusión. El ejerce de trabajador social en una asociación de Cáritas pero no renuncia a su pasión por el periodismo y, dentro de él, por el fútbol. Está casado con Aroa y no tienen hijos. Hace unos días hablamos sobre el Real Jaén, un club que tanto se juega a puerta cerrada el próximo 18 o 19 de julio, ante el Linares, en Marbella, y sobre lo que no se dice casi nada. El propio presidente me decía recientemente que él había dejado todo el tema deportivo en manos del entrenador y de los técnicos y que sabía muy poco de la plantilla. Samuel Armijo tampoco ve nada claro el futuro del Real Jaén. Dice que en los últimos años, sobre todo desde Rafael Teruel, los presidentes actuaron muy mal, cada vez peor, al punto de que la mala gestión del último hacía buena la del anterior.

Por lo realizado por el Linares y el Real Jaén en lo que se pudo disputar de Liga, las diferencias son claras a favor de los linarenses. Pero ya se sabe que el fútbol suele deparar grandes sorpresas y a un solo encuentro puede pasar de todo. Nadie puede descartar el milagro que, de producirse y sonreír al Real Jaén que, de conseguir el ascenso, sería una bomba de oxígeno que pudiera garantizar que el club blanco respire unos meses más. Pero que nadie dude que el milagro tendría que ser gordo, muy gordo. Así que, además de poner el máximo empeño en el partido, habrá que poner el doble de velas en la parroquia.

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