Descalzos

Nadie puede saber lo duro que resulta el camino ajeno hasta que no se enfunda sus propios zapatos para caminar y saber las dificultades por las que atraviesa a lo largo de su recorrido. Lo más fácil del mundo es opinar, hemos tenido la suerte de aterrizar en una época en la que decir lo que uno piensa, con respeto y educación, no supone ningún perjuicio, gracias a eso puedo escribir lo que pienso; pero lo más difícil es entender que los que luchan, o los que llegan a conseguir algo, no lo han tenido nada fácil. No se trata de ser mejor o ser peor persona, ser más o menos inteligente, se trata de ser consecuente y consciente de una realidad propia o ajena en función de muchas circunstancias que al final, sólo uno mismo es capaz de reconocer. Empiezo a darme cuenta que mi pensamiento se está haciendo mayor, y esto me asusta hasta cierto punto, detecta un salto generacional que antes era prácticamente incomprensible ¿son modas o son épocas? que va, es la misma vida y su propia evolución. Y como la vida es la única que verdaderamente tiene sabiduría por su experiencia, qué haríamos en este mundo dentro de un cuerpo y una mente eterna, vivir sin entendimientos; el tiempo y la vida, se quieren y a la vez se odian, pero lo que no saben la una de la otra, es lo que se necesitan.