Dentro de los olivos
Si eres de Jaén, la jota la dices rasgando la barrera del sonido en tu garganta porque sí. En Jaén las cosas no caben por tamaño, sino que ellas cogen. Porque algunas pueden encoger, ¿no? Y sí, se puede decir bonico, que no es sólo mañico o murcianico. La palabra que más me hace gracia es cipote por “tontolaba”, su femenino: cipota y sus aumentativos: cipotón y cipotona. Por cierto, el “tontolaba” se refiere al tonto del haba, al ganador en el roscón de reyes de tal insignia. Fuera de los olivos, tampoco se entiende el término apretado por agonía, ni agonía por apretado. En Jaén, cuando hay que resumir y concluir, se dice “y too eso”, presten atención. El otro día, el dependiente del ultramarinos dijo, yo abro una bolsa de patatas fritas y me tomo una cerveza fría, así que, para mí, el hombre más importante de todos fue el que inventó las patatas fritas, tendría que tener un monumento, en todos los rincones del mundo. Ea, ya está dicho, aho-ra escrito, leído y la verdad es que, propongo ya que la ciudad de Jaén construya dicho monumento a ese aperitivo tan protagonista a diario en su mesa: las patatas fritas. Ea, ya está dicho y “too eso”.