Demasiada fina piel

    12 jul 2020 / 13:32 H.
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    Se está extendiendo una afección, no es pandémica, aunque por momentos lo parece, la piel fina. De un tiempo a esta parte, hay influyentes colectivos profesionales que, ante el mínimo arañazo, parecen sangrar demasiado. No se puede criticar a jueces, médicos, mucho menos políticos y a los periodistas, ni nombrarlos. Pero dentro de cada uno de esos colectivos parece haber diferencias, están los de delicada dermis, a los que no debemos enjuiciar jamás, y están otros, los menos, con los que parece ser, todo vale. Una Democracia seria debe huir del gremialismo, es más, la crítica nos vendría bien a todos, rebajaría nuestra mal entendida sobrevaloración, bajaría los humos y nos resituaría en el mundo de los mortales y no en el limbo que crean nuestros egos. Nadie, y digo bien, nadie, debiera estar blindado ante el juicio del resto, quizá si todos hiciésemos bien nuestro trabajo, atendiendo al buen hacer y los códigos profesionales, se rebajaría en mucho eso que a algunos tanto les escuece. Los corporativismos no son positivos nunca. En todas las profesiones se cuecen habas.

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