Defraudado, no sorprendido

Parece que no hemos aprendido nada, hace unos días me refería al tiempo que hemos tenido para meditar sobre nosotros mismos y salir del encierro obligado, y en el mejor de los casos voluntario, siendo mejores, ante los graves riesgos que conlleva la pandemia del covid-19. Vueltos a lo que se ha dado en llamar la nueva normalidad, cada día nos despertamos con las mismas actitudes de siempre, el chantaje, la manipulación, el engaño y en el mejor de los casos la actitud sibilina de aquellos que a lo largo de los años se han hecho con una parcela de poder que se resisten a ceder. Efectivamente me siento decepcionado porque allí donde he vivido muchos años, donde he dado lo mejor que he sabido y lo que me han dejado, profesionalmente hablando, sigo descubriendo que los cambios a mejor y que en justicia se debían de dar, por cuanto que sus nuevos rectores era lo que pretendían, el resultado es más de lo mismo, regate tras regate, envuelto de un halo de misterio como si de una ciencia oculta se tratara y que el mago es el único que puede hacer la luz, el resultado es cada día más nefasto y siempre rodeado de oscurantismo e injustos agravios, premiando siempre a los mismos y marginando a los que van por derecho. Espero que alguien ponga sensatez y seriedad en algún momento.