Defensa a los ciudadanos

Miles de muertos por la covid-19 en España, gravísimas pérdidas económicas y laborales por el forzoso estado de alarma, crispaciones en la tribuna del Congreso ante posible moción de censura, monótonas alocuciones televisivas del mando único, querellas penales en el Tribunal Supremo contra cargos políticos, ¿qué aprendemos de esta emergencia sanitaria y crisis económica? Los males naturales son estudiados por las ciencias. Los males políticos dañan más que las siete plagas de Egipto, deben controlarse con el poder judicial y demás profesionales. La democracia de partidos —según Platón, ideocracia — es un juego mortal, el pueblo soberano ve destruido su bien común por la injusta ley electoral, intereses de oligarcas e ineficiencia ruinosa de gerifaltes. La penúltima defensa de los ciudadanos ante los perjuicios y daños de los gobernantes, reprimida la natural rebelión de la lex talionis, es el recurso a los tribunales de justicia (Constitución Española, VI): “tribunales independientes, inamovibles, responsables y sometidos únicamente al imperio de la ley”. Si el poder jurídico está amordazado por el ejecutivo, según el juez J. Villegas, ¿cómo hacer justicia?