De Trump y Putin

    03 jun 2022 / 16:36 H.
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    La verdad es que necesitaría que me explicaran las causas de la enorme crisis actual. Me da la impresión de que es muy probable que incluso la cosa empeore y vaya a peor. Ya estamos en una guerra mundial en la que el coste más duro lo están sufriendo especialmente los ucranianos; pero también está afectando a las clases populares de Europa, Norteamérica y Rusia. A todos se les están pidiendo enormes sacrificios para ganar una guerra ya cronificada y que está teniendo unas consecuencias devastadoras. En todos estos países va creciendo el enfado popular que es el que está siendo canalizado por las ultraderechas de todos estos países. Como ejemplo no hay más que mirar a las últimas elecciones en Francia para ver la expansión de la ultraderecha. Ahí la candidata tan afín a Trump o Putin, Le Penn, ha conseguido su mejor resultado en la historia en unas elecciones presidenciales. No quiero ni imaginar las consecuencias desastrosas que hubiera tenido su victoria, pero lo que sí deja claro es cómo se está expandiendo el trumpismo y el putinismo.

    De los hechos políticos más importantes que están sucediendo en nuestro tiempo destacan el crecimiento y la expansión de los movimientos de ultraderecha por todo el mundo, con partidos de sensibilidad extremista que tienen características semejantes, aunque no idénticas, al fascismo y al nazismo de la primera mitad del siglo veinte. La ideología de estos partidos tiene en común su nacionalismo extremo con tintes racista, clasistas y machistas entre otras características. Todos son profundamente antidemocráticos y de una clara vocación dictatorial que aspira a controlar todos los aparatos del Estado (el judicial, el legislativo y el ejecutivo) para imponer su idea de estado autoritario que elimine cualquier traba o cualquier freno al depredador desarrollo del capital, con la excusa de que lo mejor para este capital nacional es lo mejor para toda la sociedad. Todos están constituyendo como una asociación internacional de partidos y movimientos donde tanto el trumpismo y el putinismo son puntos de referencia para ellos. Todos muestran una gran hostilidad a cualquier movimiento que cuestione las estructuras del poder tradicional, los valores conservadores y la cultura dominante. Todo lo que está sucediendo actualmente tiene un considerable parecido con las situaciones que se produjeron a ambos lados del Atlántico Norte en la primera mitad del siglo veinte en esta parte del mundo. El nacismo y el fascismo, que aunque no eran idénticos tenían muchas características y objetivos comunes, surgieron promovidos por los mayores poderes económicos, políticos, mediáticos y sociales en cada país para acabar con los sistemas democráticos que permitían la aparición de movimientos con vocación transformadora, movimientos políticos y sociales como el socialismo o el comunismo que cuestionaban aquellos poderes.

    Lo que sí tenían en común aquel nazismo y aquel fascismo era que la estructura de poder que dominaba la sociedad en sus diferentes países tanto a nivel económico, político o social promovió las prácticas nazis y fascistas para eliminar las propuestas de cambio, utilizando la violencia para acabar con la democracia y destruir a sus adversarios. La verdad es que todos ellos cuestionaban la legitimidad de sus adversarios, buscando que se les percibiera como carentes de legitimidad. Fue algo común y definitorio de estos movimientos el utilizar siempre este tipo de acusación, el acusar de nula legitimidad para gobernar un país. ¿Se está repitiendo la historia? Desde que aparecieron el Trumpismo o el putinismo recuerdan al papel que jugó Alemania en
    los años treinta y cuarenta del siglo veinte al ser ambos los mayores ejes del movimiento reaccionario internacional. De la misma manera que la Gran Depresión fue el caldo de cultivo para que se crearan las dinámicas para el establecimiento del nazismo y el fascismo, estamos ahora viendo como la Gran Recesión originada por las políticas de los neoliberales y los de la Tercera Vía está creando las dinámicas para el desarrollo del trumpismo y el putinismo.

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