De trenes y autovías

Por desgracia, el de las comunicaciones de la provincia es un tema recurrente; ojalá no fuera preciso volver sobre ello, aunque me temo que es el sino de Jaén. La que para algunos fue parada de caravanas y hasta mediados del siglo XX paso exclusivo de la Meseta a Andalucía por carretera o ferrocarril, por una desgracia política que a estas alturas ya resulta imposible a quién imputar porque todos son/somos culpables, estamos castigados al aislamiento, que tiene su representación gráfica en la interrogación que describe el ferrocarril de Madrid a Granada olvidando la línea recta. ¿No es sospechosa? La cruda realidad constatable es el abandono por todos, que únicamente se usa como arma política que esgrimen tirios contra troyanos, que sistemáticamente hacen cuando mandan lo contrario de lo que prometen desde la oposición. Ejemplos clamorosos de ello son la N-432, la A-306 y la A-316, por no hablar del ferrocarril y su sistemático y consciente desmantelamiento progresivo, que supone una evidente regresión comparativa. Estos días hemos asistido atónitos al cruce de obscenos reproches que mutuamente se hacen nuestros representantes, que solo apoyan lo que les mandan sus amos. Así nos va.