De tránsito en tránsito

23 sep 2024 / 09:34 H.
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Es cierto que, en ocasiones la palabra llama a la realidad, como las liturgias que solemos oficiar reclaman un relato mágico de milagros y misterios. Por ello, tal vez, la historia se contrae al camino que anduvieron nuestros antepasados y nosotros mismos recorremos, con la aspiración, sea por donde sea, de que nos topemos con un episodio de felicidad. Se me ocurre el verbo transitar, lo que me induce a evocar al niño de muy corta edad, en la escuela de la década de los cincuenta, del siglo pasado alineado en formación y cantando el “carasol”, mientras se izaba una bandera; por la mañana, el hambre y por la noche, el miedo que se inoculaba en tu imaginación, ante cada golpe que producía el mocho del sereno, como si ya estuviese impidiendo la llegada de los malos, de los comunistas. Muchos años después, de mi amigo y añejo cantaor Pepe Polluelas rescaté esta letra: “Dicen que vienen los rusos/Por la fuente de la peña/Y eran cuatro villariegos/Con cuatro cargas de leña”. ”La vida es lo que hallamos en el camino y en él se aposentaba una despiadada dictadura, cuya memoria ahora niegan gobiernos de la derecha como el de Valencia. En cualquier recodo del camino se izaban los púlpitos con obispos y curas bendiciendo la dictadura: “... por el imperio hacia Dios, cuidado con las pajas que te producen ceguera”. El dictador siempre bajo palio, y los malos traidores, reunidos, a veces, a la escucha Radio Pirenaica”. Miles de cruces se alinean en el camino, miles y miles de condenas a muerte, y al fondo de esta tenebrosa senda también miles de pequeñas luces sobre las manos de hombres y mujeres y una canción mojada de lágrimas: “... al alba al alba, no me abandones amor mío... al alba”. Y de tránsito en tránsito, adviene la transición o no, la conquistamos: Constitución, partidos político, libertades. Tal era la vereda que representaba aquella sociedad, casa de todos, tan denostada ahora por algunos. Recuerdo un poema del fallecido Vinals: “... has envuelto la casa con una red de seducción, el pan de la masería y la rodilla del mendigo”. Tránsito o transitar como paso o andadura, con posteriores desvanecimientos colectivos, 23 de febrero, polarizaciones, fracturas en el territorio, pero al fin la libertad y como señala nuestro refranero “A donde el corazón se inclina, el pie camina”. Personalmente mi otra evocación se refiere a una dulce y dolorida anciana, mi madre que puso a su descendencia tan hermoso nombre, y me enseñó y exhortó ama a quien no te ama y responde a quien no te llama.



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