De profesión enfermera

19 sep 2019 / 09:22 H.

La profesión tiene todavía un claro signo femenino, no solo por el número sino por la calidad humana de quienes la ejercen. Mujeres y hombres que desarrollan una vocación imprescindible para asegurar el bienestar y la salud de todos. Como tarde o temprano nadie escapa a la enfermedad necesitaremos que existan profesionales especializadas contra el dolor, cuidadoras dotadas del conocimiento y la experiencia para ayudarnos en los momentos difíciles que dicta el paso del tiempo. Sin duda, la importancia de su función no tiene precio ni puede ser remunerada en su integridad. Pero debería al menos recibir una justa consideración de los responsables públicos que dirigen y gestionan la sanidad pública. Recibir el reconocimiento social que merece la labor de unos profesionales formados hoy con un nivel académico superior al de la mayoría de los grados universitarios. El valor de su trabajo debería ser defendido por sus colegios profesionales y sindicatos de una vez y por todas. Hay que otorgarles a las enfermeras el papel de protagonistas, no el tradicional de meras secundarias en una película de médicos. Porque seguramente serán ese rostro que veamos antes del último viaje.