De Mafalda a Vica

    21 oct 2020 / 16:48 H.
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    En poco menos de un mes nos han dejado dos grandes de la viñeta: Quino y Vica. Salvadas las diferencias entre ellos, ambos creyeron que el humor es una ventana del alma. Vica retrató a muchos jiennenses en caricaturas y caracterizó costumbres y eventos en la “Brisa de la Alameda” de este Diario JAÉN. Quino fue ese tímido argentino —“elegí dibujar, porque hablar me cuesta bastante”—, hijo de inmigrantes andaluces, que creó y convirtió Mafalda en icono mundial. Entre 1964 y 1973, nos contagiamos de las actitudes rebeldes de Mafalda, esa niña de pelo negro que odiaba la sopa y contradecía a los adultos, curiosa y respondona, impertinente y contestataria, simpática y atrevida, humilde y comprometida, protagonista de viñetas en las que, con su hermano y otros niños, planteaba a los mayores, controvertidas cuestiones sobre la condición femenina, la energía nuclear, la corrupción, la superpoblación o las dictaduras. Nos conquistó por la simplicidad de sus preguntas, su gracia para plantearlas, la inocencia de su mundo y la calidad de sus ideales. Luchadora incansable, ejerció la crítica social sobre el orden del mundo, las contradicciones de la clase media, los prejuicios y las ideologías. Con amable ironía, despertaba conciencias políticas y compromiso ético. Su humor promovía la risa, pero también la socialización y la integración, aportaba razonamiento crítico sobre las relaciones con los demás, hacía odiar la injusticia e incitaba la insubordinación con las costumbres sin fundamento. Sus impertinentes preguntas hacían reflexionar sobre el estado del mundo —“paren el mundo que me quiero bajar”—. En la filosofía de Mafalda, “lo racional” se apoyaba en la afectividad y se oponía al interés y el cálculo. Esta racionalidad crítica —Levinas la hubiera llamado “relacionalidad ética”—, buscaba una vida virtuosa y activa en pro de instituciones justas. Quino cambió la forma de ver el mundo y de pintarlo. Vica innovó el modo de ilustrar Jaén. Los inventores de viñetas, como también Forges, son depositarios de sabiduría. El conservador Vica se identificaría con propuestas del progresista Quino, como “comienza el día con una sonrisa y verás lo divertido que es ir por ahí desentonando con todo el mundo”. En tiempos de pandemia nos queda la sabia reflexión de Mafalda: “la mejor edad de la vida es estar vivo”.

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