De madre patria... poco
Conviví en 1994 un mes con un peruano que me hablaba de España como la “madre patria” a la que tenían gran afecto y cariño. Treinta años después, parece ser que ha calado una corriente entre algunos países hispanoamericanos (ya no sé ni siquiera si esa denominación es políticamente correcta) y más que la “madre patria”, España es la “madrastra patria” que ha abusado, ofendido y maltratado a sus antepasados de manera cruel. La verdad es que ni nosotros ni ellos estábamos allí para ahora, siglos después, juzgar lo que Pizarro, Hernán Cortés y compañía hicieron por aquellos lares. Sería absurdo que los españoles exigieran a los descendientes de Napoleón en el siglo XXI que pidieran perdón por las atrocidades que el Emperador realizó en su intento de conquistar media Europa, como personalmente, me parece de una gilipollez soberana, lo que desde el otro lado del charco, algunos piden muy ofendidos actualmente. Lejos quedan los tiempos en los que arrasábamos en la OTI (seis veces lo ganamos, mientras que Eurovisión, solo dos). Lo malo no es que no nos quieran ni en América, ni en Europa. Lo peor es que ni desde nuestro mismo país, muchos nos quieren.