De Gea en campaña

22 jun 2016 / 18:00 H.

Afortunadamente estamos llegando al final de la campaña electoral —si no vamos a una tercera— y podremos descansar de las soflamas que nos sueltan los políticos que, llegados a estas alturas, ya no saben nada que decir, entre otras cosas, porque tienen pocas cosas que decir que puedan interesar a los ciudadanos. Tan escasos andan de argumentos que cualquier cosa es buena para utilizar en la campaña. Que Pedro Sánchez haga un alto en sus proclamas para dedicarse a enjuiciar la situación de David de Gea ya es el colmo, cuando faltan horas para ponernos ante las urnas y, se supone, que hay otras cosas más importantes que aclarar a unos votantes que no se enteran de nada porque ninguno habla de los problemas más urgentes que tiene el país. Para Pedro Sánchez —y Errejón, que se suma a su comentario— lo del meta de la Selección Española es un asunto que puede decidir el futuro de España.

Bueno, el futuro de la selección sí podría depender en parte de él pero jamás el de nuestro país. Lo del líder del PSOE es una manera absurda de desviar el tema principal, que se le escapa de las manos, según dicen las encuestas, y no se le ocurre otra manera de llamar la atención que censurando la presencia de De Gea en la selección española, cuando aún nada delictivo se ha demostrado sobre él y esta censura puede desestabilizar la concentración del guardameta y perjudicar los intereses de la Roja. ¿Se atreve a pedir para un jugador de fútbol lo que no exige para miembros de su partido involucrados en casos de corrupción? No se puede ser más incoherente.

Me había hecho el propósito de olvidar a los políticos al menos hasta que las urnas hablen y den los resultados, pero es que hay políticos que hacen hablar a los mudos. Ya supongo que Pedro Sánchez no será muy feliz viendo cómo le van las cosas y sus ansias de coger el sillón gubernamental se alejan y empiezan a difuminarse. Desde luego el tema de De Gea no le va a dar más votos. Al final, es posible que lo veamos, más de uno se tragará sus palabras y sus promesas y hará alianza incluso con el diablo si eso le va a servir para buscar un buen asiento para sus posaderas. Saben que si por incapacidad negociadora no se forma gobierno y surgiera al fantasma, que ya casi asoma, de unas terceras elecciones perderían absolutamente el crédito que aún les queda.