De Estado a Estado
Esta misma semana el Gobierno ha aprobado el reconocimiento del Estado de Palestina, no es un tema menor, ni un tema más de la agenda parlamentaria. De hecho, la idea de Estado es una de las más complejas que tiene la ciencia política, entre otras cosas porque implica la construcción de un orden nuevo en el mundo. Muy rápido: la gran idea tras la construcción de un Estado es gobernar a unos sujetos a cambio de buscar la paz. Esto significa que el resto de los Estados tienen que reconocerlo como un actor con capacidad de generar tratos. Por no liarnos más por aquí. Está bien que España reconozca a Palestina. Es algo que está en la agenda incluso del PP. Nuestro Emérito vive en y de un país que apoya ese Estado. Y gran parte del planeta reconoce, cuando menos, a la Autoridad Nacional Palestina. Y así podríamos seguir con mil argumentos, más allá del sionismo o el terror de Hamás. Entonces, dónde está el problema. El Gobierno español ha tomado esta decisión en el peor momento, con una guerra de exterminio por medio y, además, es una verdadera provocación en este país nuestro. Lo irónico de esto es que luego llega Abascal haciendo amigos y se reúne con Netanyahu (un señor acusado de fraude, soborno y abuso en su país) y sin querer-queriendo, avala la idea de que hay que reconocer Palestina. Y todo por la foto.