“De cabo
a rabo”

Tal vez sea por deformación profesional, pero siempre he creído que ley y justicia deberían ir de la mano, sobre todo en lo referente a los derechos y deberes de las personas en el seno de una democracia que presuma de serlo. No obstante, son incontables los casos en los que esto no es así. Sin ir más lejos, la pasada semana saltó a los medios de comunicación una polémica sentencia del Tribunal Constitucional, en la que se avalaba la extinción del contrato de una trabajadora por absentismo laboral justificado, pues había faltado a su trabajo por causas médicas. Esta decisión supone dejar una puerta abierta a que mucha gente acuda a su trabajo enferma, por miedo a ser despedida, lo que aumenta el riesgo para su salud y la posibilidad de sufrir un accidente laboral. Que se mantengan normas que los jueces no tienen más remedio que aplicar porque forman parte de nuestro ordenamiento jurídico, como la retorcida reforma laboral de 2012, provoca situaciones que no están de acuerdo con la justicia y la razón. Decía Cicerón que las leyes se han hecho para el bien de los ciudadanos y la susodicha reforma laboral ha demostrado que lo incumple. Ya están tardando para derogarla, de cabo a rabo.