De Alhamar al Plan Colce

    28 abr 2021 / 11:57 H.
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    Quién la ha visto y quién la ve! De la época del rey Alhamar a la época del Plan Colce, a Jaén la han transformado en una provincia irreconocible. De gozar de una gran importancia en la historia de Al-Andalus y del Reino de Castilla, a ser de las últimas provincias españolas, en desarrollo y en renta per cápita. De sede y capital del estado, en el periodo del Emirato Nazarí, a ser abandonada a su suerte, sin el más mínimo pudor por ello. Así es y así nos sentimos los ciudadanos de esta provincia, desde hace décadas. No es nada nuevo. Pero bien es verdad que, a nuestras quejas, por semejante motivo, siempre se nos ha consolado pasándonos la mano por el lomo, al tiempo que nos ofrecían estudiadas palabras apaciguadoras, y ¡a otra cosa mariposa! Así, una y otra vez. Ante lo cual, los jiennenses nos confortábamos pensando que quizá nos habíamos dejado llevar por falsas ideas derrotistas. Pero, con la llegada del asunto del Plan Colce, todo ha cambiado. Es la constatación real de que la indiferencia que nuestra tierra causa a los dirigentes políticos, es, absolutamente, cierta. Al menos, ya hemos salido de dudas. Así, sin ningún tapujo, la secretaria de Estado ha reconocido que la decisión para albergar la base logística del Ejército de Tierra, en Córdoba, no es el resultado de un procedimiento administrativo de concurrencia competitiva y valoración de las ofertas, que es lo que, legalmente, hubiera debido proceder. Se trata de una decisión adoptada sin el menor ejercicio de transparencia y sin ningún criterio técnico y económico. Y ante semejante escenario vergonzoso, a mi sólo me queda pensar que, los ciudadanos de la provincia de Jaén, no vamos a dejar pasar el tema, como tantas otras veces hemos hecho, ante el menosprecio de nuestra tierra y de sus gentes. La única opción válida que nos queda es recorrer el camino que se va abriendo a través del movimiento social creado. De ahí la trascendencia de nuestras movilizaciones y protestas. De ahí la importancia de que este tema siga siendo noticia. Siempre se nos ha consolado pasándonos la mano por el lomo, al tiempo que nos ofrecían palabras apaciguadoras, y ¡a otra cosa mariposa!

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