Dar cera, pulir cera

    01 jul 2023 / 10:05 H.
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    Ya han pasado casi tres meses desde Semana Santa y todavía hay calles en la capital de Jaén donde la cera de las velas y los cirios pintan de negro, con formas caprichosas, el asfalto y el acerado. El goteo de la cera fundida hace muy peligroso el deambular por las calles de los itinerarios oficiales de las cofradías. Así, la calle Hurtado y la calle Madre de Dios, entre otras, muestran el rastro de la penitencia en el suelo plateado del pavimento, que el sol del verano deshace impregnando los laterales de las vías. Calles sin acerado en las que los viandantes tienen que ir esquivando la cera derretida para evitar el tan temido resbalón. Me sumo a las muchas declaraciones que desde la primera semana de abril se han vertido en los medios y que sólo han servido para que las calles de la carrera oficial y circundantes a la Catedral se raspen y saneen. No obstante, ¿Qué pasa con el resto? Por sentido común, se deberían de limpiar para evitar que siga habiendo gotas que provoquen resbalones cuando llegan las altas temperaturas del verano, sobre todo por el riesgo que supone para las personas mayores que viven en el casco antiguo de la ciudad, por donde las procesiones tienen su recorrido.

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