Cuidar del oncólogo
Para quienes desconocen el significado de este término, señalaré que se trata de la rama de la medicina especializada en el diagnóstico y tratamiento del cáncer. Para quienes saben de él, por las razones que sean, será más fácil la empatía hacia mi cálculo de hoy: cuidar de los cuidadores. Cuidar de los oncólogos, en este caso. El cáncer es una enfermedad, que lejos de la preciosa película “Los últimos días del Edén” actuada por Sean Connery, aún no ha mostrado el tratamiento que la cure o la extermine del ser humano, como ha sucedido con otras. Ante tal lucha por el aumento de casos de enfermos-as de cáncer los oncólogos-as sufren en primera persona, en sus corazones, en sus torrentes de vida, cada una de las batallas que libra cada paciente en la hecatombe de la tamaña noticia que les trunca la vida de un tajo. Al parecer el “burnout” (SB) es un síndrome que está siendo más habitual de lo que se creía. Describe el desgaste profesional que vive un médico, y éste, ha llegado hasta la oncología. Las empatías les superan, dependiendo de las capacidades de adaptación psicológica de cada uno, pues al fin y al cabo son humanos como los pacientes. Si las hormigas del filme fuesen reales...