Cuerpo y alma

    14 jul 2024 / 08:50 H.
    Ver comentarios

    Cabe preguntarse, y no es pregunta baladí, cuáles son las consecuencias del exceso de comodidad de nuestros jóvenes. Parecer ser que para que se entienda que una sociedad es “avanzada”, tiene que conllevar ineludiblemente cuantas más sean las comodidades mejor; y las comodidades cuantas más mejor, en mi opinión, afectan a la personalidad, debilitándola, y cuanto más joven se es, más. Y si podemos decir que las comodidades a los jóvenes los debilitan, es porque afectan directamente no solo a la capacidad de esfuerzo personal, sino a la iniciativa misma del esfuerzo. Nefastas consecuencias de ello también son la frustración ante la mínima contrariedad y la autoexigencia de la inmediatez. Y todo esto, en mi opinión, tiene su referencia en el alma. Desde su inicio, la filosofía cristiana ha distinguido el cuerpo del espíritu en cuanto a que el cuerpo es tendente a las comodidades, mientras que el espíritu es tendente al deber y de ahí al esfuerzo. Como vivimos en una sociedad básicamente apartada del espíritu de Dios, el cuerpo ordena las cosas mientras el espíritu decae, decayendo con él la conciencia del deber y la iniciativa del esfuerzo, sin los que el individuo ha fracasado.

    Articulistas