Cuentos Chinos Alcalaínos XX

Vuelta al cole y a esta pequeña columna donde me permiten a través de la expresión de mis sentimientos animar al que le echa un ojo a esta última hoja. Atrás quedaron las noches sofocantes de verano, para dar paso a los anaranjados rojizos tonos otoñales, que aparte de regalarnos un colorido follaje nos acompaña con unas suaves temperaturas. La hortaliza nos regaló tomates que inundaron nuestras neveras de gazpacho, y los que no, fueron echados en conserva, ¡aquí nada se desperdicia! Cogemos los últimos higos de las higueras, una vez secados se hace el pan de higo y damos paso a los membrillos, que forjarán tardes entretenidas haciendo compotas y carne de membrillo. Tiempo de buscar setas, castañas y manzanas. La naturaleza otoñal nos regala esos momentos que se saborean al calor de la primera lumbre, asando patatas y hablando de como será la cosecha de aceitunas. Es la hora de dar gracias por nuestras cosechas de trigo, cebada, de lo que nos dio la huerta, nuestros árboles frutales, de las bellotas que encontramos en el camino, porque esto es la vida, dar sin recibir nada a cambio, podremos contaminar con nuestros humos, con nuestros insecticidas, con nuestras talas descontroladas y aún así, la tierra nos seguirá dando lo mejor de ella misma.