Cuentos Chinos Alcalaínos (XVI)
El trece de mayo la Virgen María bajó de los cielos a Cova de Iría, ave, ave—, a ver María, qué haces con nosotros, que ya no podemos más con tanta fiesta, flores por todos lados, llámese así a las fiestas de mayo de muchas aldeas de nuestras tierras jiennenses. ¡Ay qué ver, qué cosa tan sencilla y qué feliz hace a tanta gente! Necesitamos una aldea, cuanto más pequeña, más auténtica, una misa y una procesión en la que se cante como antaño... —Y es María la Blanca Paloma, que un día en Las Peñas la vieron volar...— Venga, de las Pilas de Fuente Soto, de Villalobos, de La Venta de Los Agramaderos, de Las Peñas de Majalcorón, ¡no para, para, esta no, que la han pasado a junio, que el cura con tanta fiesta no sabe dónde acudir! Pues mejor, más probabilidad de que hará buen tiempo, y lo mejor de todo esto son los aldeanos que tienen el pretexto perfecto, para dejar por un día de labrar la tierra, los que emigraron, retornar a sus raíces, los que tuvieron trifulca, dejar a un lado los sinsabores entre vecinos, porque ese día y solo ese día, de la fiesta de las flores, todos son una hermandad, donde se encomiendan a su Virgen de Fátima un año más. ¡Viva la Virgen de Fátima!