Cuentos chinos alcalaínos (XIX)
Estaba aquel alcalaíno deambulando por los arrabales de La Mota y preguntándose sobre el sentido de la vida, recayendo en si sería descendencia de alguno de los que en algún tiempo vivieron en aquella ciudadela o a lo mejor no, pues siendo ciudad frontera, mezcolanza e interculturalidad caracterizan a esta tierra, pero también tradición. De pronto, sin saber cómo bajando por la cuesta del Cambrón llega hasta la Iglesia de San Juan donde se encuentra a una bruja colgada del campanario esperando a fundirse con aquel fuego, purificador de almas, dejando atrás todo aquello malo, quemando lo viejo, para renovar el ser, llevándose todos los males y augurando para aquel que cree en la Noche de San Juan, un tiempo de alegría, paz y esperanza. Tiempo de limpieza mental, al fuego con lo que no nos deja ser libres y que San Juan nos ayude a avanzar por la vida, siempre con la conciencia tranquila, que cualquier mal pensamiento que ose cruzar nuestras mentes sea fundido con tu gracia. Sin olvidar a San Antonio que el 13 de junio tuvo su feria chica pero grande para los que, en torno a él, se reúnen en Alcalá la Real un año más.