También fue así

Aquellos meses de 2020. Cada cual contaba su historia según le iba. A mí me fue así: Yo no dejé de trabajar, pues tenía un despacho con muchas cosas que hacer. Lo que sí noté fue la desaparición del estrés; el Gobierno había suspendido todo tipo de plazos. Me encontraba trabajando como nunca. La abogacía es una labor placentera cuando la realizas con recta conciencia, y en aquellos meses me regocijaba especialmente en ello, viendo cómo sin las prisas saboreaba mejor la verdad que en cada caso defendía. Pero también trabajaba como nunca porque en los ratos de descanso que me imponía, me dediqué a hablar más con los demás, con el ánimo de dar y recibir compañía. A las ocho de la tarde, llegaban los “aplausos del confinamiento”, unos aplausos edificantes, lejos de aquellos otros dados en eventos de pago; aplaudíamos gratis. Hubo también una trifulca contra al Gobierno que nos tenía a todos preocupados, pues éste no facilitaba el acceso a los test para detectar al virus, cosa extraña ya que con los test quedarían en cuarentena, para no paralizar la economía, solo los que la requiriesen. Señores del Gobierno, antes de la ideología particular está la salud plural y la economía nacional.