Cuanto peor, mejor

Este es un dicho que nos caracteriza a los españoles. Cuanto peor os vaya a todos, mejor para mí o para los míos. Ahí es nada. Un dicho que está fundamentado en la envidia, en la falta de empatía, en la maldad propia de una moralidad enana. Se suele emplear en diversos contextos. En algunos casos, esta expresión puede utilizarse para describir a alguien que se aprovecha de las dificultades o fracasos de otras personas para obtener beneficios o destacar. Otra interpretación es que algunas personas tienen una perspectiva pesimista o negativa y tienden a asumir que las cosas saldrán peor de lo que luego salen. En el contexto de la crítica social o política, se utiliza para señalar cómo algunas personas pueden preferir que las cosas empeoren para que las deficiencias o injusticias del sistema sean más evidentes y puedan incitar a cambios o reformas. Es importante destacar que este dicho no necesariamente promueve una mentalidad saludable o constructiva; suele ser un mal deseo. Ocurre que si le van mal las cosas al otro partido, probablemente nos vayan mal a todos, los gobernados. ¿Tienen identificado qué partido político desea que las cosas vayan de mal a peor, votando en contra de cualquier mejora? Pues eso.