Cosas de hombres

    13 oct 2022 / 18:55 H.
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    Digno de un guion sobre la edad de piedra es el ritual machista que los cavernícolas de un colegio mayor dedicaron a sus vecinas de enfrente. Como bichos salvajes en labores de berrea salieron de la sombra al parteluz de las ventanas gritando al unísono consignas obscenas y misóginas nunca permitidas por nadie para oídos de su madre y hermanas. Si no fuera porque el masculino colegio mayor donde anualmente se monta esta humillante escena es además de católico privado y elitista, cuna donde se fraguan los cerebritos de lo más granado de la inteligencia. Poca o ninguna sorpresa habría que restar o añadir en comparación con semejantes sucesos que a diario protagonizan los mismos perros con distintos collares en cualquier lugar del mundo. La violencia machista y el trato vejatorio hacia las mujeres no es franquicia de ninguna raza, religión ni clase. En todas partes cuecen habas y entre el desbarajuste económico al que nos tienen sometidos y el retroceso mental al que intencionadamente nos estamos acostumbrando, camina a ciegas cuesta abajo y de espaldas el futuro de las niñas y los niños que en su primer año de primaria pisan la escuela.

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