Cortar de raíz

    28 nov 2022 / 15:51 H.
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    El fascismo no es una foto desdibujada en sepia de antaño, sino que es una amenaza real y actual y hay que contrarrestarlo de manera urgente. El fascismo disfrazado de neoliberalismo y conversaciones falaces de cuñados en la barra de un bar es peligroso y deja una huella negativa en nuestra sociedad.Tras el ascenso de la derecha populista, la ciencia política ha consolado a los principales responsables políticos con la sugerencia de que, por nocivos que sean, personajes como Feijoo, Trump o Meloni podrían actuar como un cortafuegos contra el regreso del auténtico fascismo. Pero el cortafuegos está en llamas. El modus operandi del populismo de derechas es ahora ganar poder y destripar la democracia, creando espacio en las calles, en los medios de comunicación y en las redes para que los fascistas operen. Por su parte, la extrema derecha aún no busca el poder, lo que desea esta nueva arquitectura de pensamiento fascista es colonizar las mentes débiles de personas que antes solo estaban motivadas por el racismo, la ignorancia, la homofobia y la xenofobia. Han rellenado sus prejuicios con falsas y sucias teorías. Y por eso el peligro ha aumentado. Frente a ese incremento del neofascismo solo cabe seguir avanzando en derechos, avances sociales y ampliar libertades.

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