Corrupción

    16 ene 2020 / 08:49 H.
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    Es una mala práctica social de la que cada día nos vamos enterando y empapando, con la consiguiente desazón, al comprobar su triunfo y ascenso, pues le ocurre como a la pobreza: que no hay quien la domeñe. Esta lacra, sea del tipo que sea prima hoy en día en nuestra sociedad y, por desgracia, sobre el orbe terráqueo; mas, aunque se trate de ponerle paliativos: sacar nuevas leyes anticorrupción, (que se saltarán los que vengan después, constituyendo una espiral interminable), no se soluciona nunca. Así que todos podemos conjugar el verbo compuesto: “ser corrupto”. Lo vemos en los partidos políticos de nuestra querida España, ya que en cuanto tocan poder se suelen corromper, algunos incluso antes, pues lo hacen de forma oscura y subterránea que difícilmente sale a la luz pública. Es penoso cómo se buscan mecanismos de dilación a la ley para que se pase el plazo prescrito y no tener que pagar el delito de corrupción efectuado. Así quedamos los ciudadanos insatisfechos y cabreados porque vemos cómo ciertos personajes corruptos quedan impunes y exonerados de sus robos, trapicheos, engañifas o escándalos; y que se libran tan ricamente de la cárcel e incluso del oprobio social.

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