Brotes negros

    02 ago 2020 / 11:54 H.
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    Independientemente de todo lo que podamos decir, es obvio que esta pandemia ha beneficiado a todos los poderes políticos, que han jugado a arrimar el ascua a su sardina, unas veces con trampas, otras por la fuerza y en ocasiones también, con amaños de última hora. No ha sido así para todos. La economía nacional está seriamente tocada, los parados, desfavorecidos y desheredados se cuentan por millones, las posibilidades de un nuevo encierro son enormes y no sabemos nada de lo que podrá ocurrir en septiembre con las escuelas, universidades, juzgados, teatros y tiendas de ropa informal. Las ocurrencias políticas son disparates sin sentido común y en muchos casos auténticos atentados al Estado de derecho. Con este no-panorama, con esta no-normalidad, los brotes no son verdes, sino negros. Lo que genera desafección, desesperanza y como en mi caso, pereza. Todo me resulta insufrible, no me creo ya nada y, lo peor, es que no me veo como protagonista de mi futuro, ni acaso el más cercano. Obvio que me he convertido en una pieza, en un peón, en el ajedrez de otros. No digo que los políticos sean los únicos culpables. O que el IBEX está jugando a soñar con una economía sin Estado. Lo que digo es que me han robado el mes de abril y por lo que veo vienen también a dejarme sin agosto.

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