Convivencia en San Ildefonso

    12 ene 2022 / 16:36 H.
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    Desde aquí quiero expresar mi más sincero apoyo y solidaridad con los vecinos del barrio de San Ildefonso, en Jaén capital, que recientemente han protestado por la situación que viven o, mejor dicho, que no les dejan vivir, debido al exceso de ruido motivado por actividades que, entre otras cosas, les impiden dormir, acceder a sus viviendas o transitar tranquilamente por sus calles. Desde que tengo uso de razón he paseado por las calles de este barrio en el que siempre he disfrutado de sus bares y tabernas, y nunca ha habido problemas de convivencia. Desde hace algunos años, cuando paso por sus calles, es inevitable acordarme de los vecinos que allí viven y de lo mal que lo estarán pasando ante tanto incivismo que se genera con tanta fiesta en la calle. Y no digo yo que no se celebre nada nuestras calles, pero el exceso, el descontrol y el abuso, provocan que los vecinos de un barrio se tengan que levantar y protestar porque ya no pueden más. Lo entiendo perfectamente y deberíamos todos apoyar sus reivindicaciones, porque esto nos puede suceder a cualquiera en otros puntos de nuestra ciudad. Nos gusta mucho divertirnos en la calle y por la noche, sin pensar en el descanso de los demás, sin tener en cuenta que podemos estar fastidiando a los vecinos en sus hogares. En fechas puntuales, en acontecimientos especiales, vale que en nuestras calles podamos celebrarlo con la alegría y fiesta que requiere, pero ya de una forma tan continua y tan insostenible rompe la convivencia y es normal que se proteste; además, lo hacen de forma elegante y con sentido común, no contra nada ni contra nadie, sino a favor de la convivencia y el respeto a las leyes, capaces de garantizar el derecho a vivir en paz y tranquilidad en esta zona de Jaén. Vergüenza siento cuando a veces paso por las calles de San Ildefonso o de otros barrios de nuestra capital, porque esto sucede igualmente en otras calles y plazas de nuestra capital, y observo a gente adulta con tan poco civismo y consideración. Ojalá la buena voluntad y el sentido común imperen y se recuperen espacios emblemáticos de convivencia.

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