Contrincantes sin empatía

    06 nov 2019 / 10:27 H.
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    No es que en Jaén andemos, precisamente, sobrados de proyectos urbanísticos, pero cada vez que se lleva a cabo alguno, ocurre igual. Y, en este caso, una vez más, no podía ser de otra manera, la historia se repite en nuestra ciudad. Nuestros políticos no se enteran. Ahora que parece ser que está ya próxima la entrada en funcionamiento del Centro Comercial Jaén Plaza, empiezan las disensiones sobre quien consiguió poner en práctica el proyecto en cuestión, quién se opuso en su momento, quién se cuelga la medalla del mérito y quién no debería.

    No hay proyecto digno que se ejecute en nuestra capital, que no sea objeto de disputa por reivindicar el mérito. Es otra versión del “tú más que yo”, pero en este caso, “yo más que tú”. Si de verdad se enteraran de algo de lo que nos preocupa a los jiennenses, podrían comprobar, cuán ridículas nos parecen sus críticas al respecto. Otro gallo nos cantaría, si consiguieran aprender cómo se trabaja en otras ciudades, andaluzas, por cierto, en las que, cada cual, con su color y signo político, persiguen el beneficio común de la ciudad, y no el desmerecimiento del contrincante. Cuánto ingenio desaprovechado en desprestigiar al de enfrente; cuánta energía malgastada en dimes y diretes; cuánto tiempo y dinero desperdiciado en quitar rasgos con los que se identifique a dirigentes anteriores, para poner el mío propio...

    No me cabe duda que talento, todos ellos tienen, tanto como ganas de trabajar. Pero se trata de inteligencia malgastada pues la dedican al descrédito del rival, en lugar de trabajar al unísono para el enaltecimiento y embellecimiento de lo nuestro. Y, en breve, volverá a ocurrir. Cuando llegue el momento de abrir el tráfico a Roldán y Marín y el acceso al parking de la Plaza de la Constitución, volveremos a escuchar y leer reprobaciones de unos sobre otros, críticas y desprecios.

    Mi pregunta es, ¿es que entre rivales nunca cabe hacerse reconocimientos ni manifestar méritos? Cada cual, con su color y signo político, persiguen el beneficio común de la ciudad.

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