Contradicciones

Apunto de entrar en ese invierno que parece no existir en los programas televisivos, donde los trajes de más abrigo que vemos son blusitas de manga larga en mujeres y chaquetas finas en hombres. En medio de constantes noticias sobre el cambio climático y con una conciencia aparentemente generalizada sobre lo que está bien o mal en relación con la naturaleza, no somos conscientes de cuánto nos hemos alejado del medio natural. Durante décadas se ha primado la mentalidad urbanita, con lo positivo que conlleva sin duda la ciudad. Sin embargo, esta elección ha sido a costa del abandono del campo, cuando no de su desprecio. Excepto para algún día de fiesta que ha terminado, tantas veces con no pocos excesos, suciedad incluida. Ahora, en esos momentos en los que vemos la inmensa fuerza del agua en riada, nos escandalizamos con los destrozos que la naturaleza, herida en lo más profundo de su seno, nos devuelve implacable. Sin embargo, el invierno sigue sin existir en los escaparates llenos de gasas, tirantes y sandalias con talón descubierto para llevar en cualquier celebración, muy en congruencia con el frío inminente. Y muy en congruencia con las infinitas contradicciones que nos han llevado adonde estamos.