Contagiar solidaridad

Llevamos muchos meses haciendo frente a una pandemia que jamás pensamos que podía suceder, con su correspondiente crisis social y económica. ¿Qué hubiera ocurrido si en España no hubiéramos tenido un sistema sanitario organizado capaz de hacer frente a esta crisis sanitaria? ¿Qué hubiera sucedido con todas aquellas personas, o familias enteras, que se han quedado sin recursos para comer, si no existiera esa red de solidaridad organizada que hace posible que cada día puedan alimentarse? ¿Y si de repente se hubieran cerrado todas la escuelas y universidades sin posibilidad de seguir las clases a través de internet? Nos lo podemos imaginar, pero la posibilidad real de que nos afecte directa y brutalmente, todavía se nos queda muy lejos. Pues bien, esas consecuencias tan dramáticas son las que viven millones de personas en otros lugares del planeta que solo vemos por televisión. Dos datos: “3.000 millones de personas no tienen en su casa agua para lavarse las manos con jabón, elemental para luchar contra el coronavirus. En África subsahariana se calcula que hay cinco camas de UCI por cada millón de habitantes”. El próximo día 14 de febrero se celebra la Jornada Nacional de Manos Unidas. Con el lema “Contagia Solidaridad para acabar con el hambre”, esta oenegé, católica, de voluntarios, sigue con su compromiso de “lucha contra el hambre, la miseria, la desigualdad y la exclusión, y, sobre todo, contra las causas que las producen y las estructuras injustas que las mantienen”, buscando la construcción de un mundo más justo. Para ello necesita nuestra solidaridad que permita la realización de proyectos concretos que puedan sacar a las personas de la pobreza, la exclusión, la violencia o la explotación. Colaboración que nacerá solo si sentimos al otro tan importante como a nosotros mismos; por ello, Manos Unidas extiende su labor en dar a conocer la realidad que viven los más desfavorecidos del planeta, para que podamos conmovernos con sus vidas y situaciones, que recuperemos nuestra memoria agradecida y nos contagiemos de grandes dosis de solidaridad para acabar con el hambre.