Consejo del viernes

La satisfacción por dar fin a una etapa y el temor de haberla acabado sin zanjarla del todo se confunden cuando el ciclo que se inaugura no se cuestiona al menos el status quo que imponen las grandes corporaciones económicas. Con todo, hoy se espera que el Gobierno garantice la pluralidad de la radio y de la televisión estatales nombrando por decreto un nuevo presidente del ente informativo al tanto de lo que apuntaba Edwy Plenel, sí, recuérdenlo, aquello de que la libertad de prensa no es solo un privilegio de los periodistas sino antes bien un derecho capital de los ciudadanos. Solo desde una política democrática de la información será posible que la sociedad se piense seriamente, la jiennense la primera, tan robotizada por las efemérides y narcotizada por los servilismos, tan residual la pobre, qué parte de culpa tiene en el ruinón de nuestro Estado su enseñanza pública, la de sus tres niveles, todos amancebados, por lo que sé, de la tecnocracia más frailuna, al servicio de la sacralización del nihilismo y donde la cultura y la ciencia son meros entretenimientos escolares de bajo presupuesto y doctrinario frecuentemente cutre. Basta ya de hacernos los tontos porque así, yendo de listos por libre, jamás llegamos absolutamente a nada.