Conciso y preciso
Aceites de Jaén, imposible más descriptivo, con solo tres palabras la reputación de un gran producto por su origen geográfico. Pasa como con los cargos, su importancia es inversamente proporcional a la longitud del nombre. Presidente, alcalde, rector, comandante, gerente, director, jefe, etcétera, queda clarito lo que es. Si se van añadiendo “apellidos” bajamos en escalafón, vicerrector de Estudiantes, ministro de Sanidad, concejal de Urbanismo; y así sucesivamente. Al menos aquí no hay nombramientos ministeriales tipo Argentina 2016, con el “Coordinador de la Coordinación de Fortalecimiento de la Cultura Organizacional de la Dirección de fortalecimiento de las Capacidades Institucionales de
la Oficina Nacional de Innovación de gestión de la Subsecretaría de Planificación de
Empleo Público de la Secretaría de empleo Público del
Ministerio de Modernización”, literal con sus 45 palabras
(ver Boletín Oficial). Y aun peor es cuando alguno de
los apellidos, tipo “agenda 2030” o “agenda urbana”, hay además que explicarlos o
justificarlos. Ya lo decía Baltasar Gracián, “Lo bueno, si breve, dos veces bueno, y
aún lo malo, si poco, no tan malo”. Yo me quedo con lo de Aceites de Jaén.