Con V de vertedero

    11 mar 2020 / 16:31 H.
    Ver comentarios

    La otra noche, haciendo zapping por los vertederos de la televisión, me vine a detener en un programa de estos en los que se aprende a desaprender, y entrevistaban con magnificencia a un personaje de quien se decía era artista. Resultó ser el hijo de una tonadillera conocida, no sé si tanto por sus canciones, por las letras de excelentes cantautores —que, efectivamente le han compuesto— como por sus líos de dudosa reputación que la llevaron a disfrutar de un retiro entre rejas por algún tiempo, y hablaba —el susodicho— con el aplomo de quien se siente “oriundo” del mundo de la farándula, y en su “aportación a la cultura y el arte”, mostraba gestos de seguridad y apoteosis. Lo realmente llamativo es que todos los entrevistados, y alguna entrevistada, se jactaban de un curriculum punto menos que “agresivo” ante la presunta inteligencia de algún telespectador poco avezado en tales lides como el que esto escribe. O el mundo ha cambiado mucho, o quienes pretendemos adoptar una vara de medir un tanto exigente nos presentamos desfasados y obsoletos en las formas y el concepto. Lejos quedaron ya aquellos tiempos en que cuando uno prendía el artilugio de ver a distancia, al otro lado aparecían personajes de la talla de Cela, Cortázar o alguna actriz, actor o cantante que dejaban a España y lo español en el lugar que les habría de corresponder. No me extraña que se pretenda fragmentar un país que, de por sí, ya se muestra fragmentado ante los ojos del buen observador, al menos en el talento y lo valioso. ¿Qué se puede ya decir a nuestros jóvenes para que se ajusten a unos argumentos que sigan la era de la rectitud y la conveniencia personal? Pues poco queda en el tintero del padre que, reflexivos frente a la ignorancia premiada y el desmedido no talento, ven que en la formación radica el paro, y el seudoperiodista, que ha llegado a tal grado de idiotez que solo le avala una experiencia sexual, en el mejor de los casos, aparece con la insensata exhibición de decir al profesional verdadero que ambos desembocan en el mismo mar, viniendo de manantiales distintos. Esto me recuerda a las Coplas de Manrique, ahora bien, ¿sabrán estos quien era el tal poeta?

    Articulistas