Con ocho basta

Nueva ley educativa a la vista. Momento perfecto para revisar los contenidos de las principales materias, de actualizar en función de la sociedad, de evaluar las siete (¡sí, siete!) leyes educativas de la democracia. Tiempo adecuado para incorporar las competencias digitales adquiridas, para implementar la programación como la lectura de este siglo, de debatir sobre biotecnología, genética, seguridad informática, inmersión en idiomas, y tiempo de revisión de materias erróneamente relegadas o desterradas. Pero no, una vez más, el debate irá sobre la lengua vehicular, la historia autonómica, el papel de la religión, los centros concertados y con cortinas de humo sobre la obligatoriedad hasta los 18, el DIR, el paso de curso con suspensos, las reválidas. No hay consenso en Educación porque se trata de política, por eso no se cuenta con la sociedad civil ni con la comunidad educativa. Controlar la enseñanza para moldear la forma de pensar futura... hasta la próxima ley educativa. Mientras nuestros jóvenes van al paro, o tenemos la mayor tasa de abandono escolar temprano de la UE... otra ley educativa (¡la octava!) sin importarnos la Educación, ni los jóvenes, ni el futuro. ¿Cuándo diremos basta?