Con el poeta A. Martínez Sarrión

    12 dic 2020 / 17:15 H.
    Ver comentarios

    Antonio Martínez Sarrión (Albacete, 1939) es un poeta, ensayista y traductor de la generación del 68, uno de los poetas novísimos españoles. Otra vertiente de su obra es el memorialismo. El collage y su quehacer poético han sido comparados con la técnica del surrealismo, aunque es distinta de aquella según indica Jenaro Talens en su prólogo a El centro inaccesible...: “la acumulación de imágenes, aparentemente inconexa, proviene de la voluntad (...) de expresar el caos tal y como se vive. No hay, por tanto, trabajo sobre ‘asociaciones libres’, sino disgregación consciente de asociaciones lógicas, (...).”. De hecho, el vanguardismo de su lenguaje posee una voluntad ética, acompañada de la obsolescencia y el fracaso de las fórmulas socialrealistas —cultivadas también en su prehistoria lírica—, según indica Iraceli Iravedra en Hacia la democracia. La nueva poesía (1968-2000).

    Entre sus poemarios: Teatro de operaciones (1967), Pautas para conjurados (1970), Una tromba mortal para los balleneros (1975), El centro inaccesible (poesía 1967-1980) (1981), Horizonte desde la rada (1983), Sequías (1983), De acedía (1986), Ejercicio sobre Rilke (1988), Antología poética (1994), Cantil (1995), Cordura (1999), Poeta en Diwan (2004), Última fe (antología poética 1965-1999) (2005), Farol de Saturno (2011), entre otros.

    En Teatro de operaciones, el arraigo al realismo es común al de los poetas sociales y a los del 50: la infancia, el memorialismo, el cotidianismo, el inconformismo del presente, las degradadas imágenes urbanas, las noticias cotidianas, el universo de pueblo... Vanguardismo junto a recursos como el feísmo, el prosaísmo, el humor sarcástico, ligado a la poesía más crítica y autocrítica de la posguerra, como indican, en Voces de Vanguardia, Francisco J. Díaz de Castro y Almudena del Olmo Iturriarte: /mira que si estuviera destrozada/si ya fue leña algún oscuro invierno/ la mesa de billar ya desechada/donde aquella sirvienta contaba obscenidades/ y todos nos reíamos.../.

    Con Pautas para conjurados amplifica los alcances de la mímesis para totalizar la realidad en el poema: un tiempo confuso marcado por elementos de la canción española, del jazz y del pop, así como de la pintura de vanguardia o del cine, la experiencia cotidiana situada en la biografía del poeta —años 50 y 60— las lecturas, las noticias de los periódicos, la relativa apertura cultural, la radio, el hervidero político y literario latinomanericano, la revolución cubana... Todo ello en torno a un hic et nunc problemático y cutre de la España de los años sesenta: /de esta manera opto por ser caníbal/ porque de esta ruidos inmundos sifón/ con averías desagües infinitos lejas/ quemadas/ jazz mahometano progresivo.../.

    Ainoa Begoña Sáenz de Zaitegui, en la revista Anuario de Estudios Filológicos, encuentra los tres tópicos literarios de la poesía de Horacio en la poesía de A. Martínez Sarrión, a saber: la aurea mediocritas, el locus amoenus y el carpe diem.

    Articulistas