Compromiso

    07 jul 2019 / 11:11 H.

    Los animales no nos deben nada. La fidelidad que nuestra mascota nos otorga no puede pagarse, ya que pocos de nosotros somos capaces de comprometernos con nadie o nada de la misma forma. El valor que reside en las primeras decisiones es, de facto, más egoísta que sincero. Cuando adiestramos a un perro para servirnos en la caza, el salvamento o incluso la terapia de ciertas dolencias, estamos aprovechando su virtud para nuestros fines. En el momento en el que lo adoptamos para hacernos compañía, nosotros somos su propósito. Es, pasado el tiempo, cuando las personas podemos redimirnos como tales, demostrando que si decidimos hacerlos nuestros compañeros, no tenemos más opción que respetarlos y cuidarlos hasta el final de sus días. No podemos escoger tener un animal para hacernos felices, porque nuestra felicidad no puede cobrarse una vida. Abandonar o maltratar a cualquier animal puede ser combatido endureciendo nuestra legislación, pero las penas no pueden cambiar nuestra conciencia, como sí pueden hacerlo la educación y la empatía. Reflexionemos antes de adoptar y eduquemos antes de castigar, es nuestra obligación y su derecho.