¿Cómo va la aceituna?
La pregunta del título es la recurrente, o al menos lo era hasta no hace mucho, antes que renunciáramos los jaeneros a recoger el fruto de la oliva, pues, ¡“pa qué, si de la otra forma cobro casi igual”! Por suerte vienen de fuera con más ganas de prosperar, aprovechando la desidia y el conformismo provincial. Esos otros a los que muestro mi máximo respeto y admiración, justo lo contrario de lo que profeso a los succionadores de la ya esquilmada ubre. No soy exagerado, ni por ello facha ni progre, se lo digo al ciego de sus siglas, pues, si no, preguntemos a cualquier persona que tenga tajo y tenga que buscar entre los listados de apuntados al paro con apellidos castellano. Al parecer ya no hace falta buscar aquel jornal, ahora viene sin tener que hacer el morral ni cargar mantones o piquetas. Algunos dirán, cómo se atreve a manifestarse así, pero es que no llego a entender que las listas de Inem estén bien infladas en nuestros pueblos y no se encuentre gente para ir a la aceituna. ¿Calla!, ahora caigo, a lo mejor es que están trabajando en las múltiples obras ferroviarias que nos rodean para traer Alvias y Aves. Pero que a esto, hay que darle una vuelta.