Cómo salir de la sequía

    15 may 2023 / 09:00 H.
    Ver comentarios

    Es necesaria una reflexión sobre el cambio climático que aporte soluciones para resolver los problemas generados por la irresponsabilidad del ser humano.

    Este año se han batido récords de altas temperaturas; se han sucedido ciclos de sequía en el pasado, pero eso nada tiene que ver con la situación actual, ya que los periodos de sequía cada vez son más extremos y afectan a más territorio. La única explicación posible para los expertos es el calentamiento global, a medida que el planeta se calienta la sequía aparece como un animal salvaje que devora todo lo que se le pone por delante. El ser humano es culpable por un millón de razones, la tala de bosques de forma indiscriminada es solo un ejemplo. La degradación y contaminación del suelo debido a la agricultura intensiva están provocando el empobrecimiento del suelo y acelerando la desertificación en zonas como Andalucía. Ha llegado el momento de revelarse ante esta situación y comenzar una “Revolución Agraria”, un cambio de sistema productivo basado en cultivos sostenibles que se centren en la calidad. El modelo basado en la producción masiva, representa un modelo insolidario puesto que consume grandes cantidades de agua y emplea ingentes toneladas de productos químicos. Productos que contaminan acuíferos, que dejan suelos desnudos y desprotegidos a merced del azote del sol y de lluvias torrenciales. Dicha Revolución Agraria debe contar con la implantación de prácticas sostenibles como el aumento de materia orgánica en suelos, la economía circular, la instalación de sistemas de riego eficientes e inteligentes, el control biológico de plagas y el uso de cubierta vegetal. Esta última protege los suelos y los transforma en hábitats vivos. Es fundamental hacer un estudio que reestructure los cultivos de nuestro territorio, teniendo en cuenta y dando prioridad a aquellos que resisten mejor la sequía y delimitar cuidadosamente las zonas de regadío. Se debe buscar un equilibrio entre todas las provincias de modo que ninguna se perjudique. Esta medida puede que resulte drástica y no sea muy popular, pero ante situaciones de emergencia como la que estamos viviendo necesitamos medidas transformadoras que motiven un cambio drástico, una metamorfosis.

    La falta de agua está provocando un verdadero problema de escasez de alimentos que no debemos ignorar pues existen zonas en las que el cereal de secano se ha visto afectado gravemente. Como consecuencia, ganaderos y ganaderas tendrán que comprar el alimento para los animales en otros países lo que supondrá un encarecimiento del cereal y a su vez la subida de precios en productos de primera necesidad como: carne, leche, huevos, etcétera. No creo que nos convenga otra subida de precios en la situación que nos encontramos. A modo de ejemplo diré que, en el mes de abril en la Sierra de Segura, ya había dificultades para dar de beber al rebaño. Incluso se suspendió la trashumancia por falta de agua y alimento. En mi opinión cometemos el error de no valorar lo suficiente a los ganaderos y ganaderas, eso contribuye a que esta profesión esté desapareciendo a gran velocidad sin ser conscientes del gran beneficio que aportan a la sociedad en la limpieza de bosques. El problema de los incendios está directamente relacionado con la ganadería y la despoblación de las zonas rurales. El pasto seco se acumula en nuestros montes ante la ausencia de un plan de limpieza forestal que contemple entre otras medidas el uso de la ganadería extensiva y la fijación de población en zonas rurales. Los habitantes de poblaciones pequeñas son los mejores cortafuegos, siempre y cuando se les permita hacer un uso responsable de las zonas boscosas. La línea que dibuja el horizonte es cada vez más delgada, mañana puede ser tarde para tomar decisiones. Puede que no sea buena idea pensar en el momento presente, puede que vaga la pena un cambio de dirección antes de que el mundo se muera de sed.

    Articulistas