Cómo me gusta verte

Cómo me gusta verte, entre el murmullo de tu piel plateada, con tus manos mojadas, transparentes. Cómo me gusta verte, acariciarte, dejarme seducir por el fresco compás de tus caricias, entrar en ti, en esa cueva donde la puerta es agua, sintiendo el claro repicar de la fuerza con que caes a las rocas. Me gusta imaginarte, escuchar tu rumor cristalino, acercarme en mis sueños, para sentir tu música ruidosa, bulliciosa y alegre. Me gusta contemplarte cuando el día está alto y el sol te cubre con su amarillo intenso. Eres azul, blanco otras veces, eres en tu caudal un alboroto de espumas y de gotas, tu belleza sencilla hace que los sentidos se deshagan y puedan sintonizar contigo en una simbiosis de suspiros. Cómo me gusta verte, buscarte en el camino y encontrarme contigo y dejar sorprenderme. Nunca eres igual, aunque, a veces, parezca lo contrario, siempre que voy a ti cambias tu acento, tú nunca eres igual, mas siempre yo encuentro en tu ruido, un espacio fugaz, como un leve compás adormecido, como una nana dulce, un arrorró sonoro, un segundo de paz, como un tesoro que dura poco tiempo. Cómo me gusta verte cuando cae la tarde y nacen las estrellas, sentir cómo me alcanza el agua de tu fuente si me acerco a tu lado. Me gusta cuando cantas, esa canción que llena los oídos, y no puede escucharse nada más, porque tú llenas todo con tu voz estruendosa para dejar atónito a aquél que se ha acercado para verte. Eres en el entorno la más bella, donde todos los ojos te buscan y se alegran al descubrirte. Así me pasaría las horas, escuchando tu canto de armónicos sonidos, tu latido emergente, tu voz, tu son, tu fuerza, tu belleza sencilla. Cómo me gusta verte, alcanzarte y llegar hasta tus pies a conquistarte, a sentirte y hallarte una vez más. Y así pasar las horas con el silencio roto en los bolsillos, en las manos un canto de aguas claras que sueñan con volver a caerse, a dejarse empujar por la corriente que las trae muy aprisa. Cómo me gusta ver esa sonrisa que tienes cuando cantas, cuando ríes y dejas que el compás no se pare de repente. Y así soñar contigo nuevamente, para dejar el alma así extasiada, tranquila y sosegada tiernamente... Cómo me gusta verte...