Como caído del cielo

    27 dic 2022 / 17:57 H.
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    Se acerca el fin de año y parece que fuera ayer cuando acababa el anterior. Los días se suceden veloces, como estrellas fugaces que brillan en el firmamento, y, nostálgicos, nos preguntarnos el porqué de tanto desvarío. Un virus mortal que provoca una pandemia, otra cruenta guerra a nuestras puertas... Todo eso que creíamos erradicado, como la viruela, en nuestra elegante, pintoresca y vieja Europa y de lo que nos sentíamos a salvo con la, pensábamos, consolidada democracia occidental. Pero siempre queda una cepa perniciosa que nos hace dudar del futuro y nos preguntamos cómo ha podido suceder, dónde fueron a parar la cultura del esfuerzo, incluso sin esfuerzo, los valores y el imperio de la ley, en qué momento perdimos de vista al trilero que nos dirige o, como en aquella película protagonizada por Carmen Maura, qué he hecho yo para merecer esto. Será la fatalidad, ese destino que nos acecha y nos machaca, o que, de forma inesperada, como caído del cielo, nos toca un sinvergüenza que, más que ambicioso, es codicioso y dañino. Entonces, exánimes, elevamos la vista a ese firmamento suplicando que acabe y, ante el trémulo silencio, volvemos la mirada a las puertas del averno para, lúcidos al fin, entender que de allí ya lo habían echado.

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