Comida real

    17 jul 2019 / 10:59 H.

    Recuerdo hace unos años la lectura de un libro que me causó bastante impacto; me refiero a “El detective en el supermercado”, de Michael Pollan. A la pregunta ¿qué deberíamos comer los seres humanos para estar lo más sanos posible?, la repuesta del escritor era: “Coma comida. No demasiada. Plantas en su mayor parte”. Además, insistía: “No comas nada que tu bisabuela no reconocería como comida”. Afirmaba que, con la alimentación sana, disminuirían enfermedades como la obesidad, la diabetes, las cardiopatías y varios tipos de cáncer. En la actualidad, el joven nutricionista onubense Carlos Ríos, con cerca de un millón de seguidores en Instagram, está revolucionado el mundo de la alimentación. Es el creador del movimiento “Realfooding”, que promueve un estilo de vida basado en comer comida real y evita los alimentos ultraprocesados. El alimento es más que la suma de calorías y nutrientes, es la interacción entre estos y nuestro organismo. En su libro “Come comida real”, editado en 2019 y que va por su cuarta edición, Carlos nos introduce en la historia de la alimentación y clasifica los alimentos en tres categorías: Alimentos mínimamente procesados —verduras, hortalizas y frutas frescas, frutos secos, legumbres, pescado, huevos, carnes sin procesar, leche fresca... ideales para consumir—, los buenos procesados —aove, yogures, panes integrales, gazpacho envasado, legumbres en bote, pescado enlatado— y los ultraprocesados —refrescos y bebidas azucaradas, zumos envasados, bollería, panes refinados, pizzas industriales, galletas, dulces y helados, precocinados, salsas comerciales—. Estos últimos suelen tener más de cinco ingredientes entre los que se encuentran aceites refinados, azúcares añadidos, harinas refinadas, aditivos y sal. Además de la ingestión de alimentos, la alimentación es también el arte de saber combinarlos, de degustarlos en buena compañía y, sobre todo, de cocinarlos con pasión y amor. ¿Llegará el día en el que las empresas de alimentos ultraprocesados se adapten al mercado de la comida real? Si los movimientos sociales lo demandan, seguro que sí.