Coalición de izquierdas

    22 jul 2019 / 11:46 H.

    Entre los muchos sucesos que hacen que nos cuestionemos constantemente la supuesta recuperación económica está la última información del Banco de España con respecto al aumento en nuestro país de los créditos al consumo, una alerta más que puede considerarse como reflejo de la caída del poder adquisitivo de la gran mayoría de la población. A lo largo de la crisis hemos visto el gran retroceso de la demanda doméstica, que creó el gran problema del descenso del crecimiento económico, ya que esa demanda es uno de sus puntales; y el gran problema del endeudamiento del sector público y las familias. Mientras tanto la sacrosanta desregulación de la actividad financiera promovida por el neoliberalismo provocaba frente a los anteriores problemas, mencionados más arriba, el evidente incremento del capital financiero y del sector bancario que para aumentar sus beneficios hizo, y continúa haciéndolo, crecer las inversiones basadas en la economía especulativa y que causaron la crisis. Mientras tanto, la masa salarial, la cantidad de dinero que recibimos a través de nuestros salarios, que depende del número de personas que somos asalariadas y del nivel de esos salarios, ha sufrido un tremendo descenso gracias a las políticas públicas neoliberales promocionadas e impuestas, ya que no aparecían en sus programas electorales, por los gobiernos de Zapatero y Rajoy: recortes del gasto y del empleo público, reformas laborales regresivas y un largo etcétera. Vivimos en un país con una de las polarizaciones sociales más marcadas de la Unión Europea, la tensión social está al orden del día y no solo las tensiones territoriales como nos quieren hacer creer. Solo por curiosidad, se puede ver el dato de la diferencia del nivel de ingresos salariales entre la mayoría de la población asalariada y el 10% de asalariados más ricos del país, esa diferencia no ha parado de crecer desde 2008. La cohesión social no para de ser resquebrajada y las desigualdades sociales siguen en aumento y todo consecuencia de las políticas de austeridad con el gasto público social en los servicios del Estado del bienestar, sanidad, educación, vivienda, servicios sociales, escuelas de infancia y servicios de atención a la dependencia, entre otros, así como en las transferencias públicas como las pensiones, cuya capacidad adquisitiva no cesa de disminuir; además del crecimiento de las rentas del capital a costa del descenso de las rentas del trabajo. El Presidente de la Comisión Europea, el señor JeanClaude Juncker, ha hecho una autocrítica de las políticas de austeridad que él mismo promocionó y que, por ejemplo, en Grecia, han tenido consecuencias tan destructivas para el bienestar de la mayoría de la población; la economista Jefe de la OCDE, la señora Laurence Boone, ha señalado que la bajada de los salarios contribuyó al deterioro económico de España y que el incremento del salario mínimo a 900 euros, en lugar de destruir empleo, ha contribuido a un crecimiento más inclusivo; y la Directora del Fondo Monetario Internacional, la señora Christine Lagarde, el centro neurálgico del pensamiento neoliberal, ha indicado que la bajada de los salarios está retrasando la necesaria recuperación económica. Nos podemos encontrar con muchos más ejemplos del reconocimiento del desastre de tales políticas, personalidades que pertenecen al poder y de ideología claramente neoliberal, pero parece que eso no ocurre dentro del poder político y mediático español con esta misma ideología ultraconservadora y neoliberal. Comienza a verse y a existir una percepción generalizada, a ambos lados del Atlántico Norte, de que no solo tales políticas eran innecesarias, sino que fueron fuertemente perjudiciales para la calidad de vida de la mayoría, así como para nuestro desarrollo económico. Se está reconociendo con ello que gran parte de esas políticas fueron dañinas para el bienestar de las clases populares, así como para el buen hacer de la economía. Es urgente y necesario revertir estas políticas neoliberales en España y por eso es urgente y necesario un gobierno de coalición de izquierdas.