Círculos concéntricos
Hace varios días que tuve un encuentro con una antigua alumna. Debe ser verdad que el tiempo vuela, porque lleva en brazos a su primera hija y al mismo tiempo yo la recuerdo a ella en primero de la ESO. Después de las primeras muestras de alegría por volver a vernos, se pone seria. Ya se siente verdaderamente responsable de cómo cuidar, educar y proteger a su niña. Demuestra su grado de preocupación con el consabido “los niños de hoy en día”. Hoy en día, mañana y siempre, hay y habrá de todo. En esa frase se suelen esconder las justificaciones de la falta de responsabilidad en la educación. Si desde el primer círculo que es la familia, ponemos el máximo interés en conseguir unos objetivos, seguro que se alcanzan. Como nada que merezca la pena se consigue sin esfuerzo, costarán, y mucho, pero merecerá la pena. La constancia será un pilar fundamental y no digamos la paciencia. Todo esto sin olvidar que el mejor maestro es don ejemplo. Nunca desistir en el mejor empeño que podemos tener en la vida: la educación de nuestros hijos. Formarlos de manera que sea conscientes de su dignidad, diferencien tanto el bien del mal como la verdad de la mentira. Los demás círculos irán bien encaminados.