Científicas infelices

13 sep 2019 / 09:17 H.

La inclinación a un estado, una profesión o una carrera se denomina vocación, y ésta no está marcada por el dinero. Potenciar las vocaciones femeninas en carreras de ciencias, tecnología, ingeniería o matemáticas no pasa por la gratuidad, como podemos comprobar en Andalucía. Además puede incitar, en economías menos pudientes, a iniciar estudios que no son los que realmente esas futuras profesionales elegirían si tuvieran otras oportunidades económicas, lo que a la larga impide su desarrollo personal íntegro. El dinero nunca debe ser un factor en momentos tan críticos como las elección del futuro. Sería tan crítico como poner trabas económicas a los varones con el objeto de que elijan titulaciones del tipo Enfermería, sin ser su elección vocacional. Hay que despertar vocaciones combinando el trabajo de expertos sobre los roles preconcebidos, las actitudes sociales, los medios de comunicación, las elecciones por grandes áreas de conocimiento en edades tempranas, la referencia de figuras femeninas científico-técnicas, etcétera. Seamos más sensatos en los planteamientos que afectan a nuestras jóvenes, no vayamos a generar profesionales frustradas o no vocacionales, y por tanto infelices.