Cerrado por fútbol

    19 jun 2021 / 16:54 H.
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    El título de este libro de Galeano responde a una situación entrañable: al comienzo de cada Mundial y durante todo el mes, el escritor colgaba en la puerta de su casa un cartelito con esa advertencia. El fútbol aparece más como metáfora que como protagonista, y es que existe, a pesar de los pesares y de los pesados, una rica literatura sobre este deporte: “es la única religión que no tiene ateos”. Albert Camus, Mario Benedetti, Horacio Quiroga... vieron la relación que había entre fútbol y política. Decía Galeano que hay intelectuales que niegan los sentimientos que no son capaces de experimentar ni, en consecuencia, de compartir: solo podrían referirse al fútbol con una mueca de disgusto, asco o indignación. En estos días de Eurocopa, con un equipo con un seleccionador al frente tan ramplón y chulo como los políticos actuales, viene al pelo esa declaración de principios que nos dejó el maestro: “Yo no soy más que un mendigo del buen fútbol. Voy por el mundo, sombrero en mano, y en los estadios suplico una linda jugadita por amor de Dios. Y cuando el buen fútbol ocurre, agradezco el milagro sin que me importe un rábano cuál es el club o el país que me lo ofrece”.

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