Casi nada nuevo

20 jun 2019 / 11:53 H.

Bien se nota que los gobiernos destinan poco dinero a la investigación. Quizá sea por los años que uno ya lleva sobre las espaldas, pero la realidad es que cuesta encontrar algo nuevo bajo el sol —o nublado— en este mundo que nos sorprenda de verdad. En el cine de hoy vemos refritos de películas en blanco y negro, los políticos se siguen mostrando tan inseguros y previsibles como de costumbre, el abuso a mujeres es diario, las corruptelas y estafas son casi las mismas y tampoco ha cambiado la identidad de los estafadores ni de las víctimas, que suelen ser los mismos o muy parecidos. Hasta los fracasos del Real Jaén se prodigan ya demasiado. Esto aburre. Y es que no es fácil inventar algo nuevo, y sin presupuesto, aún menos. Si algo se va renovando es la maldad, que cada vez encuentra nuevas formas de manifestarse. ¿Han cambiado en algo los independentistas catalanes? No ha hecho más que formarse la nueva Corporación Municipal de Barcelona y ya luce de nuevo el lazo amarillo en los balcones del Ayuntamiento. ¿Ha cambiado algo el sistema de pactos para la gobernabilidad? Cada uno a arrimar el ascua a su sardina y políticos que se daban la mano el sábado cerrando un acuerdo, no se hablaban el lunes y ya demostraban su desacuerdo. Cada quien casi siempre suele volver a las andadas. El concepto de renovarse para mejorar se ignora constantemente. Lo menos que se puede exigir es que aunque sigan haciendo y contando cosas ya conocidas que sepan darle un aire nuevo. Hay quienes siempre cuentan chistes viejos, archiconocidos, pero le dan un aire distinto, los mejoran, como hacía Chiquito de la Calzada, por poner un ejemplo. Hasta el propio Imanol Arias, que ya fue imputado por un delito fiscal en el 2016, vuelve a estar siendo objetivo del ojo de Hacienda porque, parece ser, tiene un buen dinerito oculto en paraísos fiscales. Y con el famoso actor, hay otros famosos también investigados. Tampoco es nada nuevo aunque en esto sí se ha avanzado algo porque antiguamente el dinero se escondía bajo las baldosas. Y para alguien, como Amancio Ortega, que quiso hacer algo diferente, como regalar 500 millones de euros para que la sanidad española comprara equipos modernos, resulta que salió trasquilado y fue víctima de las duras críticas de los políticos más preclaros del país. Pues nada, a seguir enviando los millones a los paraísos fiscales. Eso es algo que se ve con mucha naturalidad.